Un aficionado cualquiera.

Luis Felipe es un niño como otro cualquiera. El otro día, cuando iba con los amigos a jugar al futbito por la tarde,  un coche que circulaba demasiado rápido lo atropelló. Saltó por los aires varios metros, causando un gran revuelo y posterior susto .

En definitiva, se rompió algún hueso de la pierna. Han pasado varias semanas y  está en silla de ruedas esperando ponerse en forma para poder volver a jugar con los amigos. Pero lo que más le preocupa a Lucho, así le llaman en casa, es que el balón que llevaba aquella tarde...se perdió. Para todo aquel que alguna vez tuvo un balón nuevo en posesión sabe lo que supone que tu juguete preferido desaparezca. Su familia es muy humilde y no se pueden permitir comprarle uno.

Resulta que el  abogado que se hace cargo de ayudarle, al enterarse de que al niño le encanta el fútbol le habla de que un hijo suyo es aficionado y colaborador de un equipo que se llama Torre de la Reina. Como a los dos les encanta este deporte, cada vez que coinciden hablan de este equipo tan especial y humilde, formado por desconocidos en una categoría desconocida para la gran mayoría. 
Lucho se entera de que tienen un central que es muy mayor pero que reparte cera (Joan), otro se llama Chino, otro Rata, tienen un delantero que protesta mucho llamado Rubén, que Villa regatea muy bien y Serafín metió un golazo de falta, que si apenas tienen directivos, que otros han jugado en categorías muy altas como Jose Mari y Pepito... que tienen una canción antes de los partidos, entrenan en campo de tierra y antes de empezar la liga...¡¡todos les dan por descendidos!!.

 Lucho descubre que todas las semanas ponen puntuaciones a esos jugadores y pregunta porqué este tiene un 3...y este un 1, que porqué no juega este y sí aquel... en definitiva, casi sin saberlo, se hace hincha de la Torre.

El cuerpo técnico y la plantilla de la Torre han firmado este balón, con el que estamos seguros empezará a jugar en pocas semanas.

Pd: ¡ Qué grande es el fútbol!.
Pd2: Lucho, cuando estemos salvados te vienes y echamos un partido, pero con otro balón...¡que no veas como duelen los Mikasa!!.



Comentarios